Casco Viejo Panamá Casco Antiguo
La primera vez que escuché la frase «Soy Tipo A» fue de un neoyorkino. La verdad es que pensé que me hablaba de tipos de sangre, y créanme que incluso luego de su explicación, mi cerebro parecía entender pero el resto de mí aún dudaba. Sentí que a pesar de que estábamos hablando el mismo idioma, éramos como dos planetas en dos galaxias distintas.
Luego de buscar en internet sobre «Type A» en Wikipedia, leo sobre sus características, muy pocas de ellas «tropicales». Y he aquí el reto: cómo ser suficiente Tipo A como para echar las cosas hacia adelante, pero suficiente tipo lo que sea para saber navegar éstas aguas. No es fácil, y he aquí el error o pecado que consideramos más importante.
Creo que la forma más gráfica que hemos encontrado para describirlo es la siguiente: básicamente es como correr dentro de una piscina llena de agua. Es la manera más fácil de quemar todo entusiasmo y no llegar a ningún lado. Hay que nadar. Cómo? ahí está el truco y el arte. hay que bajar las revoluciones hasta captar el ritmo, entender los por qués y el estilo. Una vez hecho esto, entonces es posible contribuir. Pero si se hace al revés, el cristal Tipo A no le dejará ver la realidad del ambiente en que se está, y la gente de la cual el proyecto dependerá podrá percibir el estilo como arrogante y difícil.
Un ejemplo de la vida real que ilustra todo lo que se ha hablado en los postings de esta semana y que me gusta mucho es el siguiente:
Un amigo que tomó la tarea titánica de terminar un edificio que no era suyo, tomó un camino interesante para solucionar un problema que tenía: los pisos de madera no estaban siendo instalados bien.El mismo sabía instalar pisos (experiencia), y su personalidad Tipo A le decía que no podía dejar esto pasar. No hablaba mucho español, pero estaba muy comprometido con terminar este edificio lo mejor posible (acedia vs compromiso). Así que un día llegó temprano y se puso a instalar el piso él mismo. Cuando el instalador llegó, se sorprendió. El, con una sonrisa le dijo: te gusta cómo está quedando? Y, de hecho, la respuesta fue que sí. Pero aún más importante, y que fue clave para todo lo demás es que al chico le gustó que el propio dueño demostrase ser no solamente conocedor sino humilde, dispuesto a ensuciarse y sudar el trabajo. Trabajaron hombro a hombro ese día, y aunque la técnica era nueva para el instalador (que siempre causa fricción tratar de enseñar algo nuevo), se le hizo fácil de esta manera, comprobando que el camino era el apropiado para la ocasión y el nivel. Dos pájaros de un tiro: ganarse la confianza del equipo y aplicar una técnica mejor y más rápida.
El bajar las revoluciones también permite aprender que exite un número de cosas que funciona en otras partes y que por motivos particulares es de difícil aplicación aquí (clima, materiales, entrenamiento). También permite la oportunidad de «escuchar» al edificio en vez de imponer algo que simplemente «no cabe» (ver: Corazón Frío). Al comenzar corriendo de salida se cometen errores que pueden salir caros después.
Pero todo esto requiere estar «sintonizado», con los ojos y oídos bien abiertos, pero también con un corazón humilde. La buena noticia es que, luego de todo ese esfuerzo, puedo asegurarles que los edificios que han sido desarrollados con humildad, muestran este carácter afable, en donde se ha respetado el carácter y trabajado en equipo.
No hay nada que nos haga más felices como Arco Properties que ver personas terminar exitosamente sus desarrollos. Los consejos que hemos dado en esta serie «pecadora» han salido de las experiencias de varios edificios y dueños ganándose duramente sus medallas (o no!) y aunque la mayoría pueden sonar a sentido común, no los descarten cuando se vean frente a la posibilidad de desarrollar.La honestidad que traigan al responder esas preguntas lo va a significar todo.
Como dicen por ahí, puedes aprender de alguien echándote el cuento de cómo zarandear un gato por la cola, pero es sólo cuando te toca zarandearlo que de pronto el cuento y sus consejos cobran sentido!
Así que… apunten! Miau!