Panamá, Casco Viejo, Casco Antiguo
Me encanta aprender cosas nuevas y visitar sitios en donde no había estado en el Casco. El otro día tuvimos la oportunidad de visitar el Salón Amarillo en la Presidencia. Sus frescos por Roberto Lewis incluyen escenas rurales (principalmente Taboga) y en el centro un hermoso árbol de tamarindo del cual toma su nombre. En el cuarto adjunto, al que llaman Salón Amarillo, una serie de retratos de los primeros gobernadores de Panamá, antes de ser República.
Me pareció divertido y apropiado que Roberto Lewis escogiera al humilde tamarindo como escena principal de su obra, mostrando escenas de la campiña tradicional panameña. Incluso hoy no creo que el Tamarindo sea el primer árbol que te viene a la mente cuando piensas en trópico o en áreas rurales, incluso si le preguntas a un panameño. Pero es un árbol que lo recoge todo: frondoso, tranquilo, su fruta pequeña y poderosa, variable en su uso como se conoce muchísimo en salsas a través de la cocina hindú. A los panameños nos gusta en bolita rodada en azúcar. No es un árbol ornamental, con lo que no tiene «infulas» de ningún tipo. Pero con un poquito tienes para rato y para muchas cosas. Qué buena analogía filosófica para definir un ideal de país y plasmarla en el corazón de nuestra democracia.
Gracias Don Roberto!