Panamá, Casco Viejo, Casco Antiguo
Si odias las asambleas de condominio, no estás solo. En su mejor cara, son aburridísimas. En su peor… pone a prueba todas tus habilidades, incluyendo – y no limitándose!- respiración pranayama. Pasar la tarde con tu familia puede parecer una mejor opción a tu velada. También caminar sobre una cama de clavos. Cualquier cosa menos una reunión condominial!
Pero aquí está el detalle: ya sea que hayas invertido o que sea donde vives, el primer paso para asegurar que tu inversión esté bien a largo plazo es tu involucramiento.
En Casco Viejo, donde los condominios son pequeños, esto es particularmente importante. Realmente deseas que decisiones importantes (y cambios importantes) sean hechos sin tu conocimiento ni tu voto? porque con sólo unas pocas unidades por edificio esto es perfectamente posible. Por ello, asegúrate siempre de tener presencia real en la mesa, y aboga por que todos tomen un rol activo. Después de todo, la mayoría de los edificios del Casco (con contadas excepciones) sólo tienen entre 4 y 10 unidades.
Los mejores edificios del Casco tienen algo en común: son edificios vividos por los dueños, y son parte de sus juntas directivas.
Esta combinación logra edificios más sanos y prósperos. Cualquier inversión que se haga necesaria se hace realmente en donde se debe y se ejecuta así. Los administradores y conserjes hacen un mejor trabajo, y pueden competir hombro con hombro con edificios nuevos con más amenidades y hasta mejor diseño. Mantienen su valor tanto en alquiler como en venta.
Como se pueden imaginar, lo opuesto también es cierto.
Hay muchas maneras de proteger tu inversión. Pero pocas tan importantes y tan probadas como estar activamente involucrado y presente en las reuniones de la asociación de propietarios. Tener una línea de comunicación con la Junta Directiva y el administrador. Y si sientes que no se está haciendo un buen trabajo, sólo con haber estado involucrado, tendrás las herramientas necesarias para cambiar la dirección del edificio. Buena energía es muchas veces lo único que necesita un edificio dar un cambio radical y montarse nuevamente en el tren.