Panamá Casco Viejo, Casco Antiguo
De pequeña, me gustaban mucho las fiestas de la calle del barrio, especialmente la de cumpleaños con piñata. Uno de mis recuerdos más antiguos es haber roto un palo dándole duro a una piñata. El palo voló y le pegó a un adulto a varios pies de distancia.
Luego está la otra, en que la piñata finalmente se rompe y las pastillas llueven del cielo. De pronto era permitido lanzarse como un troglodita y recoger lo más posible. Fantástico.
El juego de la piñata en sí es realmente cómico. Los adultos suben y bajan la piñata para que el bebé o el niño no lleguen al objetivo tan rápido. Para los bebés, siempre hay un corazón tierno que se los hace fácil. Para los más grandes… nanay! a ganarse el pan se ha dicho. Y cuando el tesoro cae, ya se pueden imaginar. Caos, lágrimas, risas. Salen las madres a regañar, a repartir comida. Viene el pastel, con la inevitable canción que cantamos en inglés al ritmo tradicional y en español a tiempo de salsa con bonus track de pedidera de helado.
Nota cultural si no eres de Panamá o latinoamericano: ser adulto con tacones o saco y corbata no te exime del cantito. Así que zambúllete en la cantada, que no tienes escapatoria!
Así que aquí les paso, la fiesta de cumpleaños con la que nos tropezamos el sábado luego del tour de Esperanza al callejón de Fortaleza en Calle 12. El chiquitín de la foto estaba concentrado… y bateaba como un profesional!