Viviendo Covid en Casco Viejo

Panamá, Casco Viejo, Casco Antiguo

Este mes, Panamá ha comenzado a re abrir sus puertas económicas. Poco a poco, los negocios comienzan a re activarse, y lentamente las calles se re animan.  Este periodo nos está dando un paquete inmenso de lecciones como personas y como sociedad, pero si algo ha sido claro es que cada comunidad está viviendo esta experiencia de una manera distinta.  Algunos me han preguntado cómo se ha vivido este periodo acá.  Creo que en Panamá en general, dependiendo de la etapa en que se estuvo, de un cierre total a uno más flexibilizado, siento que en Casco Viejo hemos tenido fortalezas muy específicas:

Un Barrio Caminable:  caminar al aire libre es parte del día a día normal del Casqueño. Plazas, parques, e incluso las distintas playitas, nuestra comunidad nos regalaba día a día la posibilidad de variedad y belleza en pocos pasos, incluso durante los días más conservadores.  La mayoría de los mandados esenciales se logran en una caminada, como verán.

Un Barrio Conectado: los grupos de whatsapp residenciales y comerciales se activaron para conectar con los negocios que se transformaban para dar servicios de delivery de todo tipo. De necesitarse algún recurso, los grupos digitales están ahí para apoyar. Incluso se organizaron para pasear a las mascotas según los horarios activos!

Negocios son de Vecinos:  el hecho que un número plural de negocios en el Casco es por residentes del Casco ha sido un factor importantísimo. Han sido y siguen siendo la línea de soporte para múltiples cosas, desde compras de comida básica hasta centros de francamente todo tipo de logísticas que en tiempos normales las tomaríamos todas por sentado.

Un ejemplo claro es SuperG por Blayne y Jazmina Ladner.  Del café que todos conocemos y amamos, verdaderamente se han convertido en el centro de actividad del barrio, transformándose en un  mercado para todo lo que necesitemos en nuestra semana.  Mandas lo que necesitas por whatsapp, caminas desde tu casa un par de cuadras, recoges y regresas caminando.  Todo al aire abierto, absorbiendo esa fantástica vitamina D.  Ellos reciben su mercancía, la lavan, la empacan.  La experiencia de hacer compras en un lugar en donde te conocen, saben lo que te gusta, te proponen cosas nuevas. En donde saludas a amistades, y si no conoces a la persona que te encuentras, es la oportunidad de hacer nuevos amigos. Tal cual, comprar en Super G es así.  Saber que ellos han estado ahí para todos ha hecho toda la diferencia.

También están los vecinos con restaurantes y proveedores de mariscos como Brittany y Emma (Aki y Mahalo), Manuela (Caffe per Due),  José Carles (Donde José y Fonda Lo Que Hay), Marcela (DoDo), Thomas (Calicanto), Sixta (Cafe Boquete), Vent de Saveurs (David y Dillan), Juan Acevedo (Hope Seafood).  Todos ellos en acción, han sido guerreros y ángeles, dando soporte a la población de clientes, vecinos y amigos durante este tiempo.  Seguro se me escapan más nombres. El estar todos en un barrio compacto como este, logró que a pesar de las restricciones, pudiéramos mantener la red andando.

Y no puedo dejar atrás lo que siempre he llamado el «back of the house» o la parte de logísticas.  Por ejemplo: el tener dos farmacias (Farmacias Revilla y Metro), varios cajeros ATM en distintas calles, además de un Rey pequeño por si necesitabas algo adicional. Y sumamente importante durante este tiempo, el papel de Mailboxes Etc en Calle 4ta y Avenida A.  Con todos trabajando desde casa, ellos se convirtieron en un recurso esencial de quienes tenían algo que imprimir, enviar cosas, recibir paquetes.

Ahora pueden imaginarse lo que una caminata de 15 minutos puede lograr para alguien viviendo en Casco Viejo. Desde la compra rápida y fácil de tus viandas hasta servicios y farmacia. Los mejores restaurantes de la ciudad en tu chat residencial, y probablemente algún chef viviendo al lado tuyo o a pocos pasos. Si tu cumpleaños cayó durante el periodo de cierre (como el mío) tener estos recursos lo hizo más fácil y especial.

Si me preguntas si me faltó algo en esas caminatas te diría que sí. Todavía nos hace falta una tienda de mascotas! (si tienes una, contáctanos!!!). Y ahora que comenzamos a trabajar, una lavandería.

Gracias al cielo ya abrió Hairarchy y me pude ir caminando a cortar el pelo.